Hoy sin duda no es uno de esos días, pero aunque luce el sol hace un viento bastante fuerte y helado, suficiente para querer entrar en calor. Entramos en el bar y a pesar de que la chimenea del fondo está encendida me resisto a quitarme la chaqueta. Ya son las 3 y media pasadas de la tarde y no tenemos claro de si nos van atender, finalmente el dueño accede amablemente y uno de los camareros que parece ser su hijo se pone manos a la obra.Comienza a sacar unos manteles de papel, cubiertos y servilletas, nada de lujos. En un momento decidimos cuales serán los platos que aliviaran nuestros encogidos estómagos.
Típica de esta zona es la sopa morellana, un delicioso y caliente concentrado caldo de carne aderezado con unos pequeños buñuelos de viento, nada mejor para entrar en calor.
Todavía estaban colando por mi garganta las últimas cucharadas de sopa, cuando apareció el camarero llevando en sus manos sobre una tabla de madera sendas bandejas de hierro colado que debía estar terriblemente calientes a juzgar por el humeante chuleton que venia encima, que aunque la foto no hace justicia era tremendamente enorme. Así que acompañados de una botella de rioja nos pusimos manos a la obra.
Después de haber dado buena cuenta de tan suculenta chuleta vino la hora del postre y como no podía ser de otra manera, una buena cuajada en su cuenco de barro hecha con leche de oveja, típica también de la zona, las he probado en muchos sitios y tengo que decir que estaba deliciosa.
NOTAS:
Coste aproximado 30 euros persona
Para ir con niños, si están en edad de alimentación complementaria mejor llevarse la comida, para el resto se puede solucionar con un primero a base de sopa y algo más.
- DIRECCIÓN
Carretera N-232, km. 40 - TELÉFONO
964 76 31 76
1 comentario:
Pero que bien acompañada que ibas!!!, jajajaja, veo que no perdeis el tiempo, muy chula la excursión. A mi Vallivana me chifla.
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