ME HAN VISITADO

lunes, 22 de noviembre de 2010

SANTUARIO DE LA VALLIVANA- CASTELLON (ESPAÑA)

Esta visita surgió así como el que no quiere la cosa, acompañando a ciertas personas que fueron de caminata por las rutas del alto Maestrazgo. Situado a pocos kilómetros de Morella, por este sitio parece que no han pasado los años. Tomando un pequeño desvío en la carretera que te lleva a Morella desde Valencia, aparecen unas pocas casas, y lo que queda del convento y la Iglesia adyacente, dedicada a la patrona de Morella. A la izquierda de la puerta de la Iglesia, un bar auténtico por donde el tiempo no pasa, de esos que te transportan en el tiempo cincuenta  años atrás: Techos altos, unas regias  mesas corridas de mármol sujetadas por unos grandes pies de piedra, vestigios de lo que debió ser una de las dependencias del antiguo monasterio, al fondo una chimenea para entrar en calor esos  duros días hinvernales en los que parece que el mundo se acaba .

Hoy sin duda no es uno de esos días, pero aunque luce el sol hace un viento bastante  fuerte y helado, suficiente para querer entrar en calor. Entramos en el bar y a pesar de que la chimenea del fondo está encendida me resisto a quitarme la chaqueta. Ya son las 3 y media pasadas de la tarde y no tenemos claro de si nos van atender, finalmente el dueño accede amablemente y uno de los camareros que parece ser su hijo se pone manos a la obra.Comienza a sacar unos manteles de papel, cubiertos y servilletas, nada de lujos. En un momento decidimos cuales serán los platos que aliviaran nuestros encogidos estómagos.
Típica de esta zona es la sopa morellana, un delicioso y caliente concentrado caldo de carne aderezado con unos pequeños buñuelos de viento, nada mejor para entrar en calor.

Todavía estaban colando por mi garganta las  últimas cucharadas de sopa, cuando apareció el camarero llevando en sus manos  sobre una tabla de madera sendas bandejas de hierro colado que debía estar terriblemente calientes a juzgar por el humeante chuleton que venia encima, que aunque la foto no hace justicia era tremendamente enorme. Así que acompañados de una botella de rioja nos pusimos manos a la obra.


Después de haber dado buena cuenta de tan suculenta chuleta vino la hora del  postre y como no podía ser de otra manera, una buena cuajada en su cuenco de barro hecha  con leche de oveja,  típica también de la zona, las he probado en muchos sitios y tengo que decir que estaba deliciosa.

NOTAS:
Coste aproximado 30 euros persona
Para ir con niños, si están en edad de alimentación complementaria mejor llevarse la comida, para el resto se puede solucionar con un primero a base de sopa y algo más.


  • DIRECCIÓN
    Carretera N-232, km. 40
  • TELÉFONO
    964 76 31 76

1 comentario:

Lorena dijo...

Pero que bien acompañada que ibas!!!, jajajaja, veo que no perdeis el tiempo, muy chula la excursión. A mi Vallivana me chifla.